El crucero y la lancha

Quizá estemos inaugurando una nueva era en la historia de las fábulas pero esa no es la intención. Hay empresas-crucero y hay empresas-lancha. Quizá las motivaciones de una y otra sean distintas, pero veamos algunos de los rasgos más característicos. El crucero es más cómodo, más lindo, es casi una ciudad en el agua. Quizá sea el anhelo de muchos quienes arrancan con un pequeño bote. La lancha es más pequeña, menos cómoda, pero mucho más rápida. Algunas empresas comienzan siendo lancha y terminan siendo cruceros. En estos días estoy pensando mucho en el mundo tecnológico y la analogía me viene «al pelo». Bill Gates sorteó con facilidad la miopía en marketing de IBM creyendo firmemente que el negocio estaba en el software y no en el hardware. La lancha fue más rápida que el crucero y sacó ventajas. Quince años después, a mediados de los 90, esa lancha se transformó en crucero, o mejor dicho en acorazado. Apareció una herramienta que permitía la interconexión de los usuarios a través de computadoras. Bill, desde su posición de capitán de barco, no supo ver lo que quince años antes fue su ventaja competitiva. Internet nació para cambiar el mundo, Bill lo vio unos años tarde.


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balseiro

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