Nuevos usos

Cuando lanzamos un producto al mercado, nuestro objetivo inicial es estimular la demanda. Para ello, podemos aspirar (por ejemplo) a que nos compre la mayor cantidad de personas posibles. Llega un momento donde alcanzar este objetivo se convierte en tarea imposible y empezamos a estimular la cantidad comprada por ocasión (los jabones y los papeles higiénicos
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